martes, 19 de enero de 2010

Tu mirada infinita.

Observaba todo desde la orilla de aquel acantilado. En sus manos llevaba una rosa negra. No sabía porqué la había llevado hasta ahí y porqué la había pintado con lapicero negro si se veía tan linda roja. Se sentía sola y las canciones repetitibas de su Ipod le daban asco. ¿Cuando las cambiaría?.

Venían a su mente muchas imágenes. Los años que se le pasaban como las pastillas todas las mañanas y la primera cana que le había salido. Nunca tuvo una cana pero comenzando el año le había venido la primera.

Observaba a la gente que pasaba, por lo general turistas que bajaban de buses gigantes y quiso ser extranjera sin deudas por un momento. Cogió su Ipod y avanzó las canciones hasta que llegó a una de Fito Paez. Le gustaba tanto que quiso escuchala sin distracciones. Vio a los surfers que se movían como hormigas entre las olas de la playa Makaha y se dejó llevar. Algún día aparecería su amor, pero aún no sabía donde estaba. Se concentró en una de las hormigas que estaban en el mar y soñó que estaba enamorada de él. Que tendría por fin una razón para vivir feliz. Y sobre todo, por alguien.


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